lunes, 15 de marzo de 2010

Recuerdos del pasado


Estoy ante una duda. Y la quiero compartir con vosotros, a ver qué opináis.
Cuando era pequeña tenía un amigo. Se llamaba (se llama) Carlitos, y estábamos siempre juntos. Nuestros padres quedaban mucho, y yo jugaba mucho con él, aunque creo que era dos años más pequeño que yo.
Carlitos tenía todos, y cuando digo todos es TODOS, los muñecos de la colección de Masters del Universo. Tenía incluso a Teela y Evil-Lyn, las dos chicas del grupo, la buena, y la malérrima. Tenía el Castillo de Grayskull, y todos los accesorios necesarios para jugar. Le encantaban mis pequeños ponys, que incorporábamos a nuestras historias.
Nos gustaba columpiarnos en su urbanización, bajo la luz de la luna llena, sobre un suelo hecho de pequeños pedazos de cuarzo blanco, que reflejaban su luz y nos envolvían en un halo mágico. Nos gustaba buscar señales del camino para llegar a Fantasía, la tierra de Atreyu, y creíamos que el camino solo podía verse sobre el mar cuando atardecía, ese sendero luminoso que trazaba el sol sobre el agua.
Nos gustaba inventarnos historias, y creíamos en la magia. Nos gustaba estar juntos.
Un día, a sus padres les destinaron a otra ciudad, lejos. El contacto se perdió. Yo nunca olvidé a Carlitos, porque era mi amigo, y porque desarrolló conmigo esa personalidad fantástica que tengo, ese creer en las hadas, ese anhelo por alcanzar un mundo mágico que ahora solo puebla mis sueños.
Bien, pues el otro día recordé su apellido. Le busqué en facebook, y le he encontrado.
Y aqui viene la duda: ¿contacto con él, para saber si me recuerda, para saber cómo le ha tratado la vida, en que clase de adulto se ha convertido? ¿O respeto el recuerdo de ese Carlitos, que ahora es Carlos, y le dejo permanecer en mi memoria inalterable?
Espero opiniones...

6 comentarios:

  1. Sin duda contactaría con él. No hay nada pero que dejar pasar el tiempo preguntándose ¿Que hubiese pasado si...?

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  2. Si finalmente decides contactar con él, intenta darte cuenta de que rondamos la treintena.
    Ya no jugamos con los Masters del Universo ni los Pequeños Ponys, y de entre nosotros a la mayoria ya no se les ocurre ver caminos en el mar al atardecer, ni les envuelven halos mágicos bajo la luz de la luna.
    Tenlo en cuenta y piensa si tus recuerdos se pueden resentir, a lo mejor no es tan necesario ver en qué se ha convertido y prefieres guardarte la llave sin saber qué puerta abre.

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  3. Si, jajajajajja. A mi me encantaba el muñeco ese tocho, creo que se llamaba Ariete, que servía para echar abajo las puertas de los castillos...

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  4. Ya estás tardando, Olguita, ya estás tardando.

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  5. Bueno chicos, pues el final de la historia es el siguiente: intenté contactar con él via facebook... pero se ve que él no se acuerda de mi ni remotamente, porque no ha dad señales de vida. Qué le vamos a hacer.

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