miércoles, 31 de marzo de 2010
Despedida
Recuerdo el día que fuimos a buscarte, llenos de ilusión, a Jerez. Eras tan pequeñito... maullabas mucho, pero eras muy gracioso.
Cuando entramos en casa, Nieve no te aceptó de primeras, pero al día siguiente estábais durmiendo juntos. Ahora se aburre sin ti, porque ya no puede perseguirte y cazarte por el salón. También te echa de menos.
Tuviste la mitad de tu vida complicaciones en tu hígado, pero fuiste un animal muy querido. Te gustaba ponerte boca arriba para que te rascase la barriga, ronroneabas mucho al contacto de nuestras manos, y te gustaba darme con la cabeza en los labios para que te la besara.
Te gustaba hurgar en la basura, comerte mi comida, y esconderte en los armarios. Te gustaba mucho jugar.
Creo que la chica del Ankh te vio, y se quedó encaprichada contigo, y te llevó consigo a las tierras sin sol. No creo que vaya a pasarte nada allí, estarás bien cuidado. Pero te echo terriblemente de menos.
No sé cuandos días te voy a seguir llorando, solo has estado dos años con nosotros pero para mi, se ha marchado un pedacito de mi corazón. Mi pequeño Zico.
Lamento que te fueras tan rápido, que te fueras con dolor, y que en tus últimas horas de vida no pudiese estar a tu lado. Me quedaré con los últimos momentos que estuve contigo, ronroneándote al oido para calmarte, mientras esperábamos a Sandra en su consulta, porque algo no iba bien. No fue bien.
Mucho amor para ti desde aqui, Zico. No soy capaz de sacar mejores palabras porque me duele.
Mi ojito derecho, te echo de menos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo siento, niña. No sé que más puedo decir.
ResponderEliminarLo siento mucho. Un beso.
ResponderEliminar